HISTORIA DE PAPARULO

Paparulo empezó como muchas buenas historias, en el garage de nuestra casa, con los chicos jugando alrededor y una frase que se volvió parte de la familia. Cuando algo salía mal, siempre aparecía el clásico: “¡qué paparulooo!”.

Con el tiempo entendimos que ese espíritu —equivocarse, volver a intentar, mejorar— también nos representaba como emprendedores. Y decidimos Paparulo: desde lo simple, lo real y lo cotidiano como nombre de nuestra marca.

Lo que comenzó como un proyecto familiar fue creciendo paso a paso. Hoy diseñamos y armamos cada mueble en nuestra propia fábrica nos ocupamos del corte, pegado, armado, embalaje y envío.

Diseñamos pensando en la vida real: espacios chicos, días acelerados, ganas de que tu casa sea linda sin complicarte. Por eso apostamos a muebles funcionales, estéticos y listos para usar, con colores cálidos y combinaciones modernas. Trabajamos con melamina de calidad, manos cuidadosas y un equipo que pone el mismo amor que nosotros en cada pieza.

Llegar a hogares de todo el país sigue siendo un orgullo enorme.
Cada mueble que sale de la fábrica lleva un poco de nuestra historia, de nuestra familia y de esa frase que nos recuerda que crecer también es animarse a aprender.

Gracias por acompañarnos y permitirnos ser parte de tu casa.

Giselle y Sergio